Por: Bernardo Mejía Arango. M.V.Z. M.Sc.
Fotografías e imágenes: Bernardo Mejía Arango, M.V.Z. M.Sc. Protegidas por derechos de autor. Su uso o reproducción requiere autorización previa.
Este caso lo considero especial por cuanto muestra hasta que punto pueden llegar las consecuencias de de una actividad relativamente común en un plantel avícola como es la aplicación de vacunas, cuando por alguna razón, la aplicación de vacunas despierta una respuesta no deseada.
Ya en otra ocasión en este blog se había tratado el tema de las miopatías causadas por problemas de vacunación.
http://patologiaaviarmidiagnostico.blogspot.com.co/2012/10/vacunas-intramusculares-miopatia.html
En esta ocasión no hablaremos propiamente de miopatías postvacunales. Es un caso especial en el cual en la granja de donde proceden las aves se comenzaron a observar lesiones aparentemente tumorales en la entrada del cuello a la cavidad toracoabdominal.
En la granja se detectaron a la palpación masas de aspecto tumoral de tamaño considerable lo que probablemente llamó la atención del Médico Veterinario. Se debe aclarar que muy probablemente el técnico sospechó de una lesión neoplásica. Hagamos la diferenciación entre tumoración y neoplasia.
Una tumoración corresponde a un "abultamiento" en cualquier parte del cuerpo; algunos definen tumoración como una parte del cuerpo cuyas células sufren un crecimiento anormal y no tienen ninguna función fisiológica. Esta segunda definición se aproxima al término "neoplasia".
No necesariamente una tumoración es una neoplasia y viceversa: no toda neoplasia es una tumoración, es decir no todas las neoplasia adquieren la forma de una masa, no necesariamente tienen volumen. Para que haya tumoración se requiere volumen.
Se recibieron en el laboratorio de diagnóstico aviar, cuatro (4) pollas de 16 semanas de edad, procedentes de una granja con 75.000 aves de las cuales 375 tenían la "afección" descrita por el Médico Veterinario remitente como "tumoración en el área del buche o protuberancia de aspecto tumoral dura".
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Imagen No. 1 Estas aves tienen 16 semanas de vida. Proceden de una granja con 75.000 animales de las cuales en 375 se han detectado formaciones nodulares grandes o "tumorales" en la base del cuello a la entrada de la cavidad toracoabdominal (Ver figura 3). El Médico Veterinario remitente informa en el protocolo de envío de muestras, que las aves afectadas tienen "tumor en el área del buche; estos "tumores" son "protuberancias" de aspecto tumoral, dura. |
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Imagen No. 2 Protocolo de envío de muestras correspondiente a las aves que se observan en la imagen No. 1. Se ocultan los datos de la granja debido a la confidencialidad con respecto al propietario y al caso mismo.
Los siguientes son interrogantes que surgen cuando se observa este protocolo 1) Si se detectó a la palpación una tumoración en el área del buche, se hizo una disección para saber más sobre el aspecto de esta(s) tumoracion(es)? 2) Seguramente no se hizo esto y el Médico Veterinario sospecha de una neoplasia. 3) Como se verá más adelante, el aspecto macroscópico de las tumoraciones al hacer un corte o incisión, da una idea de la composición de ellas y de la probabilidad de que no sean de naturaleza neoplásica 4) La historia o protocolo no contiene información sobre las vacunaciones y las vías de administración o aplicación en esta granja. |
El caso llamó poderosamente la atención por cuanto al hacer la palpación en las aves vivas, ciertamente se notaba una masa de "aspecto tumoral" a la altura de entrada a la cavidad toracoabdominal en la bifurcación de la quilla junto la masa muscular de la pechuga que le acompaña en las inmediaciones del "buche" o ingluvis.
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Imagen No. 3. En la fotografía de la extrema izquierda se observa a simple vista que inmediatamente por debajo de la piel hay una masa tumoral. Las tres imágenes restantes corresponden a las otras aves que componen la muestra 84). Obsérvese que la masa (Que está ubicada en la bifurcación de la clavícula y del grupo de músculos a ella vinculados, se puede sostener entre los dedos. La masa tumoral tenía la temperatura del ave, era fluctuante, dura. |
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Imagen No. 4. Disección de una de las masas observadas en las aves (de las imágenes 1 y 3) |
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Imagen No. 5. La secuencia fotográfica muestra la ubicación y el aspecto macroscópico de una de las masas reportadas en las aves, su posición respecto del ingluvis y al aspecto macroscópico al hacer una incisión. |
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Imagen No. 6. De la tumoración cuya fotografía está a la derecha de la imagen No. 5, se tomaron muestras y se procesaron para evaluación histopatológica. En general, la masa tumoral está compuesta por una matriz de tejido fibroso sobre la cual se observan estructuras granulomatosas con dos componentes: en la fotografía de la derecha (hematoxilina-Eosina 40X) se observa un granuloma con todos sus componentes: porción central tiene material purulento (Probablemente deshidratado, caseoso) en cuya periferia se aprecian células epitelioides; inmediatamente hacia el exterior se observan células mononucleares (Linfocitos, macrófagos); La porción externa es de tejido fibroso.
En la fotografía de la izquierda se observa una reacción inflamatoria crónica (Hematoxilina-Eosina, 40X); en la porción baja de la fotografía, se observan estructuras globulares dentro del proceso inflamatorio; estructuras vacuolares (Espacios vacíos de forma circular) se observan por fuera de esta estructura que tiene aspecto de granuloma. Estas estructuras vacuolares corresponde a gotas oleosas de lípidos de la vacuna empleada. En esta área no hay respuesta purulenta, pero hay una respuesta inflamatoria crónica.
En términos generales, se cree que hay uno o dos componentes que despiertan una respuesta inflamatoria crónica: el vehículo en oleoso empleado en la vacuna y/o una contaminación de la vacuna con una agente infeccioso que induce una respuesta inflamatoria crónica de tipo granulomatoso |
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Imagen No. 5. En la secuencia fotográfica se puede ver la masa de aspecto tumoral a la entrada de la cavidad toracoabdominal de una de las aves afectadas, en la bifurcación que forman la clavícula y parte de los músculos de la pechuga. |
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Imagen No. 6. Masa de aspecto tumoral de una de las aves afectadas. En la fotografía del centro se puede ver tanto el ingluvis como la masa, a la cual se le hizo una incisión dejando ver el interior de la misma conteniendo un material blanquecino granular, del cual se pueden ver su aspecto histopatológico en la siguiente imagen (No. 7) |
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Imagen No. 7. Se ve un corte histológico (Hematoxilina-Eosina, 10X y 40X respectivamente) realizado a fragmento de la masa de aspecto tumoral que se ve en la imagen anterior (No. 6). Corresponde a una inflamación crónica granulomatosa. En la fotografía de la izquierda se observan dos granulomas, uno de los cuales se amplia (Fotografía de la derecha) para ver sus componentes, se destacan las células gigantes multinucleadas periféricas (Señaladas con flechas).
En la fotografía de la izquierda se observan estructuras de forma vacuolares vacías, una de ellas de gran tamaño. Corresponden a gotas de lípido del componente oleoso de la vacuna, el cual despierta una respuesta inflamatoria no purulenta periférica. |
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Imagen No. 7. La secuencia fotográfica corresponde masas de aspecto nodular, no tan bien definidas en conjunto como una sola masa. Corresponde a otra de las aves afectadas. |
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Imagen No. 9 Se observan los músculos de la pechuga de una de las aves traídas para examen de necropsia. En todas las aves que se examinaron, se encontró miopatía pectoral postvacunal. Se cree que hay un error en la vacunación por cuanto el volumen de vacuna descargado intramuscular es exageradamente abundante.
Adicionlamente se cree que el vehículo oleoso está induciendo una respuesta inflamatoria no purulenta en el músculo. Una revisión sobre el tema se hizo en este mismo blog http://patologiaaviarmidiagnostico.blogspot.com.co/2012/10/vacunas-intramusculares-miopatia.html
En este artículo sobre miopatía pectoral postvacunal se muestran lesiones inflamatorias iguales a las observadas en los cortes de músculo. igualmente y según las imágenes de las evaluaciones histopatológicas, se cree que hay una respuesta inflamatoria inducida por el agente oleoso de una vacuna pero igualmente hay una respuesta inflamatoria crónica granulomatosa con un componente piógeno, el cual creemos que una bacteria contaminante en el proceso de vacunación. |
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Imagen No. 10. Aspecto macroscópico de los músculos de la pechuga de dos aves de las que se ven en la imagen No. 1. Al igual que en la pechuga que se muestra en la imagen No. 9, hay exceso de líquido oleoso y de hecho hay una respuesta inflamatoria ante el material oleoso vacunal. Este tema se revisó en otro artículo en este mismo blog http://patologiaaviarmidiagnostico.blogspot.com.co/2012/10/vacunas-intramusculares-miopatia.html |